Seagate IronWolf 510 SSD, análisis

Antes de nada me gustaría comentar que yo no soy un especialista en temas tan concretos como un disco duro específico para NAS de alta velocidad. En este caso además, mucho menos de un disco duro M.2 PCIe NVMe 1.3 –si queréis saber lo qué es a ciencia cierta os dejo por aquí un enlace a la página del fabricante–. Yo soy más usuario de consumo, de discos SSD tradicionales, o portátiles y de NAS de cierta calidad, nada tan complejo y completo como este Seagate IronWolf 510 SSD.

Voy a intentar contar un poco de qué va esta cosa. Es un disco duro con un tamaño bastante diferente. Acostumbrado a los discos de 3,5″ y de 2,5″, esto se me escapa. Tenemos un tamaño M.2 2280-S2 –hasta 480 GB es de este tipo, los de más capacidad son M.2 2280-D2 –. Es más pequeño, compacto y sobretodo delgado. De hecho podríamos decir que se parece más a una memoria RAM que a un disco duro –para que os pongáis un poco en situación–. Al cambiar tamaño también cambiamos interfaz. Aquí no tenemos SATA, sino que tenemos PCIe de 3ra. generación x4, NVMe 1.3. Una interfaz diseñada para sistemas de almacenamiento NAS.

Hemos podido probarlo de una manera un poco rudimentaria. Con un adaptador a una bahía de SSD tradicional. No disponemos de este tipo de sistemas. Esto puede restar eficiencia, porque al final dependes por completo de esta interfaz. También hemos probado directamente al PC, para ver la estabilidad del disco. Esto es complicado que ofrezca más de 600 MB/s de lectura, y con suerte 500 MB/s de escritura –sumado a ser un adaptador, pues lo limita todo en red–.

Seagate IronWolf 510 SSD

¿Cuál es la realidad de todo esto? Pues que el IronWolf 510 SSD tiene mucho más de todo que lo que me daba esta solución. La velocidad de escritura a unos 480 MB/s completamente sostenido, y una velocidad de lectura de unos 560 MB/s. Las soluciones con otros discos duros daban los mismos picos, pero con problemas para velocidades sostenidas.

Estas diferencias de velocidad entre los discos duros estándar y el IronWolf 510 SSD, me hacen pensar por completo que al menos la velocidad escritura sí que es la garantizada por el fabricante de 600 MB/s. La de lectura no he tenido modo de confirmarla –ni acercarme–. Pero también puedo decir, que para soluciones de pequeña empresa o vivienda en muchos casos tener una conexión mejor es difícil. Hay muchos routers que no ofrecerán en casa más de 100 MB/s, y muchas soluciones empresariales tendrán 1 GB/s de máximo –estaríamos hablando de 1.024 MB/s– mientras que este disco tiene velocidades de escritura de más de 2.000 MB/s –según fabricante–. Más que suficiente para cualquier entorno de empresa mediana, profesional liberal, pequeña oficina o coworking por ejemplo.

Está claro que es un formato diferente y mucho más potente, poco conocido en el consumo. Donde los NAS se están empezando a implementar con más asiduidad. En especial cada vez más por el teletrabajo. Además de la democratización de las soluciones con conexión desde el exterior, mediante conexiones seguras, el futuro del teletrabajo pasa por estos sistemas bien implementados. Para eso necesitas un hardware que sea increíble a nivel de velocidad. Buscando que el cuello de botella sea la conexión propia –red LAN– o externa. Que el problema sea la red, no el hardware. Que los problemas no vengan del NAS o del disco duro, y con este IronWolf 510 SSD, parece que de ahí no vendrán.

Seagate IronWolf 510 SSD

Creo que un poco la potencia de este Seagate IronWolf 510 SSD está en la capacidad de ofrecer rendimiento a una oficina de tamaño medio. No solo a un particular que quiera una gran velocidad individual –que también si lo necesita por la razón que sea–. Sino de tener la capacidad de grabar muchos datos a la vez. De que varias personas simultáneamente estén grabando archivos, copiando elementos y accediendo al mismo contenido –o carpeta–. Ofreciendo velocidades altas –muy por encima de muchas redes LAN– y con una gran estabilidad. Además de ofrecer tamaños pequeños, muy buenos para soluciones NAS modernas y de última generación.

También tengo que reconocer que no es un disco duro para todo el mundo. Su precio es un poco alto. Este disco duro de 480 GB que nosotros hemos probado, se sitúa cerca de los 200 euros. Cuando un SSD como el Seagate IronWolf 110 SSD cuesta sobre 150 euros. Y si nos metemos en discos HDD –mecánicos– pensados para NAS, como el Seagate IronWolf Pro, nos ofrece 4 TB por el precio que este nos da 480 GB. Está claro que son cosas diferentes. Soluciones para diferentes usos y necesidades. Así como bolsillos. Pero todas específicas de NAS. Creo que es lo que más debemos valorar, la especialización del producto. Desde discos duros específicos para NAS con precios asequibles, hasta soluciones con velocidades increíbles para empresas medianas con oficinas y grandes demandas de uso simultáneo.

Si soy sincero, parece que puede ser un formato de cara al futuro. No algo instantáneo esto del M.2 2280. O lo del PCIe NVMe 1.3. Que seguramente en los próximos años empezaremos a ver en muchos más sistemas NAS, y que llevará una bajada de precio y popularización de un sistema, como este del Seagate IronWolf 510 SSD, que está muy por encima de las demandas que pueda tener a nivel de consumo un usuario medio.

Ruben Ulloa
Ruben Ulloa

Fundador de Arquitectura de Galicia y The Groyne, editor especializado en tecnología y análisis de producto. Colaborador en Xombit y Andro4all realizando análisis de producto. Dime de qué quieres saber y te haré un blog o un vídeo.

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