Philips 346P1CRH, análisis
La verdad es que hacía tiempo que no analizábamos un monitor en The Groyne, y eso no nos gusta, porque la verdad es que tener un buen monitor durante unas semanas, como el Philips 346P1CRH que vamos a probar hoy es sin duda una gran noticia. Antes de nada comentar que este monitor es segmento profesional al 100%, por precio, por tamaño y por prestaciones y funciones. No es un monitor pensado para que una persona ponga en su casa para navegar 10 minutos por internet y contestar un par de correos. Es un monitor pensado para estar horas editando vídeos o fotos, incluso para jugar, una experiencia muy alta, con un dispositivo increíble.
Me vais a notar entusiasmado en el análisis y la verdad es que, si ahora mismo tuviera la opción de comprar un monitor de esta gama, este estaría entre los favoritos sin ninguna duda. El diseño está muy bien pensado, el monitor tiene todo para ser cómodo de usar y adaptar pese a su tamaño. Por un lado tenemos un pie bastante firme y grande, con una opción de rotar, lo que nos permitirá adaptar el uso, si puntualmente viene otra persona, si tienes que enseñar algo, muy cómodo de mover, pero no se mueve accidentalmente un equilibrio difícil de conseguir.
Además de esto también podremos levantar el monitor, y así cambiar de una posición sentado, a una posición de pie. Quizás de pie, se quede algo corto para algunas alturas y en algunas mesas. Mi mesa no es muy alta, y yo mido 1,83 –aprox–, esto hacía que me quedara un poco bajo para usarlo de pie sobre el escritorio estándar. También era bastante fácil de subir y bajar, pese a lo grande que es el monitor y su peso –pesa mucho, mucho, mucho…– Por suerte esta pequeña falta de altura se puede solucionar con la inclinación de la pantalla, estando sentado, si llega alguien y quiere ver el monitor de pie, con un simple movimiento de nada, lo consigues.
[pullquote]Buen diseño con mucha funcionalidad y acabados mejorables[/pullquote]
Quizás lo que ya no nos ha gustado tanto del Philips 346P1CRH han sido sus acabados. Mucho plástico, con pequeños detalles donde se necesita en metal, pero no como elemento de diseño sino en el apartado de fabricación –está muy bien fabricado–. No es un monitor bonito. No te plantearías poner este monitor en la entrada de una oficina de un estudio de arquitectura, de diseño de interiores o de diseño gráfico, porque no darías la imagen que seguramente quieres dar –sé de lo que hablo, me ha tocado trabajar en 2 de esos 3 espacios y por lo general se busca algo más fino–.
Panel y características
Especificaciones
- Tipo de panel: VA LCD
- Tamaño pantalla: 34 pulg./86,36 cm
- Resolución máxima: 3440 x 1440 a 100 Hz
- Densidad de píxeles: 110 ppp
- Tiempo de respuesta (típico): 4 ms (gris a gris)
- Brillo: 500 cd/m²
- Relación de contraste (típica): 3000:1
- Ángulo de visión: 178° (H) / 178°(V)
- Gama de colores (mín.): Cobertura BT. 709: 96%; Cobertura DCI-P3: 90%
- Gama de colores (típico): NTSC 98%, sRGB 120%, Adobe RGB 88%
- HDR: DisplayHDR 400 con certificado (DP/HDMI)
- Producto con soporte (kg): 11,65 kg
- Producto sin soporte (kg): 7,95 kg
Una de las primeras cosas que ves de este Philips 346P1CRH es su gran panel curvo de 34″. El tamaño y la curva llaman la atención. Para usarlo necesitarás una distancia considerable al monitor, os recomiendo mínimo una mesa de trabajo de 80 cm de fondo, porque como sea el estándar de 60 cm, se hará grande. La curva es perfecta, se adapta a lo que necesitamos, el panel se ve muy bien a esa distancia de la mesa que os comento y en general está muy bien el panel, aunque tiene algunas cosas que hay que comentar.
Es un panel muy panorámico, esto lleva que a veces nos resulte difícil adaptarnos rápidamente, la resolución en vertical es de un panel 2K –1440 píxeles–, pero el ancho es mucho más –3440 píxeles–. Pasa de la proporción 2:1. A mí me ha encantado y para editar vídeo o foto está muy bien, porque tienes un gran tamaño en el centro con esa proporción 16:9 o 4:3 o 3:2 y después mucho espacio a los lados. Aprovechas siempre todo el alto para este tipo de trabajos. Pero ojo, hay que adaptarse y quizás no a todo el mundo le encaje. Contamos también con una actualización de 100 Hz, que lo hará muy fluido, pero para esto necesitaremos un ordenador muy potente –son muchos píxeles–.
Pero no todo podía ser bonito. El panel es de tipo VA LCD. Con lo cual, hay que reconocer que perdemos algunas cosas con respecto a un panel IPS estándar. A veces parecía que le faltaba algo de potencia al color. No tanto un tema de tener más o menos saturación, sino intensidad en el color. Tenemos una densidad de píxeles que está por poco por encima de 100, y creo que para trabajos muy precisos, estaría bien tener por encima de 180 ppp. Y tenemos una certificación de color por parte del fabricante bastante justa. Tener una obertura DCI-P3 del 90 % es un poco bajo, igual que la cobertura Adobe RGB que es del 88 %. No es horrible, de hecho son datos que están relativamente bien para muchos, pero hay paneles IPS que sin precios excesivos, tiene valores similares o superiores.
A mí me ha llegado, pero porque yo no tengo que hacer un trabajo ultrapreciso en los vídeos o las fotos. El brillo máximo es de 500 cd/m², y para entornos de trabajo con iluminación controlada es más que suficiente, en algunos casos excesivo, pero controlable ya que el propio monitor tiene un sistema de control a través de un detector de luminosidad exterior –como tiene los smartphones–. Además de esto tenemos DisplayHDR 400. Siempre un buen añadido a nivel profesional y de ocio.
Funciones y extras
Os he dicho que el panel no está mal, pero no es maravilloso, y os he dicho que es un producto «caro». Ahora algunos me diréis, ¿dónde está la justificación del precio para gustarte tanto? Primero en el diseño, que es increíble, después el panel no es malo, le falta, pero no es malo. Quiero decir con esto que quizás no está acorde a la calidad del diseño. Pero tiene más cosas. El Philips 346P1CRH cuenta con una serie de funciones extra muy útiles en el entorno profesional y del día a día.
Primero tenemos una especie de switch USB, tu conectas el dispositivo al ordenador mediante un USB Tipo-C, y tienes unos puertos USB, con uno que tiene opción de carga a 90 W, esto quiere decir, que puedes cargar el portátil con el propio monitor –hay que mirar que tu ordenador sea compatible con los 90 W–. Podemos conectar todo desde ese USB Tipo-C, permitiendo así, que con un solo cable, lleguemos a nuestro lugar de trabajo y tengamos todo, salida de vídeo, y conexión con los periféricos de nuestro lugar de trabajo –como si de un dock se tratara–. Y a esto, le añadimos el KVM integrado, vamos, que puedes usar dos ordenadores con los mismos periféricos, solo con un botón cambias de uno a otro.
Además tenemos dos entradas de vídeo más, HDMI y DisplayPort –las dos más habituales, y las que debería tener cualquier monitor de ámbito profesional en el 2020–. Para redondear el extra, tenemos una cámara retráctil en la zona superior compatible con Windows Hello.
Para completar la experiencia, a nivel de software tenemos unos detalles en este Philips 346P1CRH que me han encantado. El modo de luz azul, aunque yo no lo uso, porque uso gafas de luz azul, Flicker Free que cansa menos la vista y un sensor de presencia, a través de infrarrojos, que detecta cuando hay alguien delante del monitor. Philips lo llama PowerSensor. Que hace que el monitor se apague o reduzca el brillo cuando no detecta nuestra presencia. Cualquiera de estas funciones están muy bien implementadas y no representan ningún problema para el uso normal.
También tenemos sonido estéreo mediante dos altavoces de 5 W. El sonido quizás es algo plano, pero para este tipo de monitor, siempre hay que valorarlo positivamente. Me ha gustado y además sonaba alto. Ojo, he dicho plano, no a lata, no quiero equivocaciones, esto no tiene un mal sonido, solo mejorable.