Los teléfonos móviles de mil euros son sólo para algunas personas, y puede que tú no seas una de ellas
En lo que a la tecnología móvil se refiere, el 2017 será recordado como el año en que hizo incursión el diseño de «todo pantalla», y por ser el momento en que los móviles de gama alta superaron la barrera de los mil dólares (o euros).
El derrumbamiento de esta barrera psicológica, a mi entender, era cuestión de tiempo, y como todo ha levantado más de una polémica en torno a la percepción del valor de las cosas, o la necesidad de tener móviles de este precio en el bolsillo.
El hecho de los que los smartphones se hayan vuelto un artículo indispensable para nuestro día a día nos ha beneficiado de gran manera, nos permiten estar conectados, ser un poco más organizados y productivos, tener ratos de ocio y hasta potenciar nuestro rendimiento en el trabajo.
Es una tecnología que ha estado en constante evolución, prácticamente desde que nos dimos cuenta que no podíamos vivir sin ella, y año a año hemos visto como se nos ha dado cada vez un poco más.
Mejoras en el sistema operativo, mejores cámaras, pantallas más grandes, sensores de huellas, dentro de una larga lista de etcéteras, son algunas de las cosas que nos han ofrecido y hemos adquirido, a cambio de un poco más de dinero cada vez que se lanza un nuevo terminal.
Recuerdo cuando me compré mi primer smartphone con Android, un HTC One X+, por allá en 2012 si mal no recuerdo. En ese momento me costó 620$, que era el precio estándar para un gama alta de esa época, aunque quizás por ser HTC costase un poco más que el resto, como suele ser costumbre.
Ahora mismo, los gama alta que a fecha de su lanzamiento se coloquen en ese rango de precio pueden ser contados con los dedos las manos, y nos sobrarían unos cuantos.
Los móviles de gama alta ya empiezan a estar rondando los mil dólares, y en algunos casos, como el iPhone X o el Note 8, ya se ha superado este precio con algo de margen.
Cada quien tiene el derecho de ponerle el precio que considere a sus productos, pero tanto tu como yo, tenemos parte de la culpa de que los teléfonos móvile犀利士
s, en sus gamas más altas, se hayan asentado en este rango de precios.
Hemos ido todas las veces, con toda la disposición del mundo, a pagar lo que se nos pedía sin decir ni una palabra, y ojo, cada quien tiene el derecho de gastarse su dinero como mejor le parezca, la polémica o la duda no está por esta lado, aunque muchos se empeñen en discutirlo.
Para mi en lo personal, y esperando que alguno más de ustedes concuerde conmigo, la polémica está en si necesitamos en nuestras vidas un teléfono móvil de mil euros, o más.
Yo en lo personal ya me empiezo a cuestionar severamente, si hay algo en ese teléfono de 1000 o 1200 euros, que me cree una necesidad y por tanto comprarlo.
Y no refiero a temas técnicos, yo se que voy a tener pantalla 2K, carga inalámbrica, diseño premium, o Animojis, que son cosas que no voy a tener en un móvil de una gama más baja.
Me refiero más bien a mejoras tangibles a nivel de rendimiento cuando se le compara con un buen gama media, o con algún flagship killer.
En este sentido, creo que en el único apartado donde encontraremos la mayor diferencia será en la cámara, porque para el uso que le da la mayoría a los móviles (redes sociales, mensajería, correos, GPS, etc.), no hace falta que el teléfono tenga las prestaciones más punteras que existen.
Lo siguiente sonará a campaña comercial, pero ten por seguro que es una experiencia de la vida real.
Llegar a esta reflexión ha sido relativamente fácil, y en parte se lo debo a la decisión de comprar el OnePlus 5. Un móvil que en principio, lo compré con planes de tenerlo mientras salía el Google Pixel 2 XL, y porque la batería de mi Nexus 6P ya no daba más de si.
Si, es verdad que no compre cualquier cosa, lo se. Pero de todas formas, y sin tomar en cuanta los problemas de pantalla que tiene los Google Pixel 2 XL, el OnePlus 5 me sirvió para darme cuenta que quizás la necesidad que tenía de comprar el nuevo teléfono de Google no era tan grande, y que por 400 euros menos tengo una experiencia muy buena, y sobre todo, solvente para el tipo de usuario que soy.
Evidentemente he hecho sacrificios, me voy a quedar sin tener de primera mano las actualizaciones de Android, sin embargo por ahora, puedo vivir tranquilo sin las novedades que incluye Android 8.0 Oreo.
Yo entiendo perfectamente que hay que evolucionar, y que la evolución significa dinero, si no todavía estuviésemos utilizando móviles de la década pasada.
De hecho me gusta mucho la evolución tecnológica, pero, cada vez soy más consciente de no es necesario que compremos esta salto evolutivo de buenas a primeras, y menos si pones en peligro tu solvencia económica.
El otro lado positivo de todo esto, es que tenemos una variedad bastante extensa de teléfonos móviles de donde escoger, que no necesariamente son lo más top, pero que aun así, sin ningún tipo de problema nos darán un rendimiento excelente por unos cuantos cientos de euros menos que los que nos piden para poder enviar Animojis, usar un S-Pen o apretar el móvil para activar el asistente virtual.
De todas formas, la decisión de comprar un móvil de mil euros es tuya y de nadie más, si puedes con el gasto adelante, será muy difícil que un móvil de este estilo te deje mal.
Pero si por el contrario, no puedes con semejante gasto, ni te preocupes, podrás vivir tranquilo con lo que nos ofrecen los móviles de gamas un poco más bajas.
Al final pocos sabrán decir si la foto que acabas de subir a Instagram fue hecha con un iPhone X, un Note 8 o con Xiaomi Mi6, por mencionar algunos.