¿Volvemos a los 80? Ordenadores de un millón de pesetas…
Parece que podemos hacer un «Back to the Future» en toda regla en estos últimos tiempos en esto de la tecnología, algunos que seáis adultos, sabréis un poco de lo que hablo, y es que si la década de los 90 fue la de adaptación al consumo de la informática, y la de los 2000, la de acercamiento al consumo de todas las herramientas tecnológicas a casi todos los bolsillos, parece que los últimos años de los 10 y los primeros de los 20 van a volver a ser una vuelta a aquellos «locos» 80, en lo que a precio de la tecnología se refiere.
Hace ya casi un año que escribimos un artículo sobre los «precio locos de la tecnología«, parecía que sí, que la cosa había llegado a unos cotas difíciles de superar, móviles de más de 1.000 euros, tabletas de 2.000 euros, ordenadores de 3.000 euros, pero no, todo se puede superar, y después del ordenador de un millón de pesetas, me parece que he vuelto a los 80, y la verdad es que las cuentas salen muy fáciles.
Hace unos 30 años, cualquiera que quisiera comprar un ordenador para trabajar en una empresa, oficina, tenía pocas alternativas, y todas con un precio parecido, el millón de pesetas parecía la medida estándar, lo que vienen siendo unos 6.000 euros actuales. Después –a principios de los 90 en muchos casos– aparecieron unos aparatitos en nuestras vidas, que eran grandes como maletines, pero que servían para llamar desde cualquier lado, los primeros que se empezaron a ver llegaban a costar la friolera de «un cuarto de millón», vamos unas 250.000 pesetas, una auténtica locura, varios sueldos mensuales de muchos de los trabajadores del país, y aunque ahora no hemos llegado a esa cifra, parece que la tendencia va a seguir al alza, y las versiones «Pro», pueden seguir subiendo el precio sin pudor hasta los límites de los 80, aquellos precios que eran una auténtica locura.
¿Creéis que el iPhone X o iPhone Pro, o el Surface Phone o el que sea se moverá en esos valores de 1.500 euros que costaban los teléfonos móviles a principios de los 90? ¡Yo apuesto a que sí!