Razer Orochi, análisis de uno de los mejores ratones para portátil
Durante las últimas semanas hemos estado probando algunos periféricos de la americana Razer. Como usuario habitual de la firma, algunos de estos productos ya me eran familiares, pero otros, como este Razer Orochi, me han sorprendido gratamente.
En el Razer Orochi vemos la combinación perfecta entre las especificaciones y el rendimiento que le pedimos a un ratón gamer y la portabilidad y dimensiones de un ratón para portátil. ¿Queréis saber todo lo que nos ofrece el pequeño de la familia de Razer? ¡Empezamos!
Diseño, Razer en su vertiente más sobria
Como adelantábamos en la introducción, estamos ante un ratón pequeño. Con unas dimensiones de 99x67x35 milímetros, se convierte en el compañero ideal para nuestra bolsa del portátil (incluye además su propia bolsa de transporte), pero seguramente sea demasiado pequeño para utilizar de forma habitual en nuestro sobremesa, sobre todo si tenéis la mano grande y estáis acostumbrados a utilizar ratones de mayor tamaño.
A pesar de su pequeño tamaño, el Razer Orochi no se hace incómodo a la hora de manejarlo. Deberemos utilizar el típico agarre de «garra», en lugar de un agarre de palma, pero este se verá favorecido por el grip de los laterales gomosos acabados con un dibujo de celdas exagonales. La forma de estos laterales es simétrica, respondiendo al diseño ambidiestro que tenemos en el Orochi.
En los laterales nos encontramos, además del grip, dos botones de cada lado, configurables a través del software. La parte superior estará destinada, como es habitual, a los dos botones principales, con un acabado más plano a lo que suele ser habitual en Razer; y la rueda, flanqueada por dos bandas iluminadas (con la personalización Chroma de Razer) y una banda central de goma con muescas para un mejor agarre.
Esta parte superior podremos quitarla fácilmente gracias a una pequeña muesca en la parte trasera. La «tapa» va sujeta al cuerpo del ratón mediante imanes, con que nos ahorraremos seguro muchas roturas de muescas plásticas para tener que cambiar las pilas del ratón. Un gran acierto de Razer.
A diferencia de otros modelos, y como ya sucedía en la versión anterior del Razer Orochi (2013), el logo de Razer que aparece en la parte superior no se encuentra iluminado, relegando todas las opciones de iluminación a la rueda. Tenemos 4 opciones de iluminación para este modelo, todo ello realizado a través del software Razer Synapse: Spectrum Cycling (ciclo continuo a través de todos los colores), Breathing (pulsos de respiración encendiendo y apagando con un mismo color o variando entre 2 diferentes), Static (un color fijo que podremos elegir entre los 16.8 millones disponibles) y Reactive (la iluminación responderá a nuestras acciones).
Rematamos el diseño echando un ojo a la parte frontal, donde nos encontramos dos rejillas metálicas (finalidad puramente estética)…
… la parte inferior, con el sensor laser, las «almohadillas» deslizantes y el botón de apagado/encendido de la conectividad Bluetooth…
… y el cable, que cuando lo conectamos queda perfectamente integrado en el cuerpo del ratón, con una conexión firme y sin holguras. La longitud del cable de fibra trenzada es de 1 metro, resultando más que suficiente para el uso en portátil, pero quizás algo justo para un sobremesa dependiendo de como tengamos montado el equipo. Aun así nos ha gustado mucho esta conexión, un gran punto a su favor.
Software, Razer Synapse por obligación
Todos los periféricos de Razer tienen su nexo en Razer Synapse, el software que controla todos los dispositivos de la marca que tenemos conectados al pc y que es necesario para poder sacar el máximo rendimiento de los mismos.
Ya os hablaremos con más detenimiento de este software en otro artículo que estamos preparando, pero por ahora nos centraremos en lo que nos ofrece concretamente para nuestro Razer Orochi.
Desde Razer Synapse podremos configurar los botones de nuestro ratón (siete más el desplazamiento de la rueda), los niveles de sensibilidad (desde 100 a 8200), la aceleración, y la frecuencia de sondeo.
También podremos configurar los efectos de iluminación o temas referentes a la alimentación diferenciando en ambos casos entre modo con cable y modo inalámbrico, para poder así ahorrar algo de batería sin tener que entrar en la configuración cada vez que conectamos o desconectamos el cable. La integración con el sistema Chroma hace también que lo podamos sincronizar de manera sencilla con el resto de dispositivos de Razer, para así tener una iluminación homogénea.
Este software tiene tantos amantes como detractores, sobre todo en sus versiones anteriores. A mi por el momento la verdad es que no me ha dado ningún problema, y me parece de los más cómodos que he probado hasta el momento, sobre todo si tienes muchos periféricos de la misma marca.
Hardware y rendimiento, el Razer Orochi saca pecho
Toca hablar de números, y la verdad es que podríamos decir que el Orochi es pequeño pero matón. ¿Porqué decimos que el Orochi es un ratón gamer? En muchas tiendas o webs vemos a la venta periféricos etiquetados como «gaming» que lo único que nos ofrecen son diseños agresivos, con muchas luces y cuatro pegatinas, el «gaming de postureo».
En mi opinión, para calificar un dispositivo como «gamer» debe cumplir con unas determinadas características de precisión, velocidad, tiempo de respuesta y configuración. ¿Qué es lo que nos ofrece el Razer Orochi ante todo esto? Vamos a verlo.
Primero nos toca hablar del sensor, un sensor láser 4G que se encuentra un paso por debajo de lo último que monta Razer (5G) pero que sigue siendo de un gran nivel. Nos ofrece una sensibilidad de hasta 8200 DPI, seguramente mucho más de lo que la mayoría necesitamos, pero puede ser un gran atractivo para aquellos jugones que tengan pulso de cirujano.
Podemos configurar estos niveles de sensibilidad hasta en 5 fases, estableciendo en cada fase el nivel deseado y pudiendo saltar entre ellos después utilizando los botones laterales (por defecto). Rápido y cómodo.
Otro punto a favor es la conectividad wireless. El Razer Orochi utiliza como fuente de alimentación dos pilas AA, y se conecta a través de una conexión Bluetooth 4.0. Cierto es que el rendimiento decae cuando utilizamos este tipo de conexión, pasando de un nivel máximo de frecuencia de sondeo de 1000Hz con cable, a 125Hz en modo inalámbrico, o pasando de tiempos de respuesta de 1ms a 8ms. Números que a la hora de jugar, sobre todo a niveles altos, no nos vienen nada bien, pero que para un uso cotidiano del pc no nos afectan demasiado.
El fabricante nos promete una duración de batería de hasta 7 meses con un uso «normal» (habría que ver lo que llaman un uso normal) y de hasta 60 horas de juego continuo. Ayudan a estos números la elección de un sensor de bajo consumo y la efectividad de la conectividad Bluetooth Low Energy.
Conclusiones, ¿es el Razer Orochi el ratón que necesito?
Antes de decidirnos o no por este dispositivo hay que tener claro lo que es. Es un ratón pequeño, diseñado principalmente para llevar junto a nuestro portátil o para personas con una mano relativamente pequeña. Dentro de ese campo podremos calificarlo como un dispositivo excelente, tanto por diseño, como por dimensiones y por rendimiento. No podemos ponerle pega alguna.
Si además de esto le añadimos detalles como el diseño para ambidiestros, la conectividad bluetooth o la integración con Chroma, ya poco más le podemos pedir a un dispositivo de estas características.
Nos queda hablar de lo que no es. Y es que este Razer Orochi no es un ratón barato, ronda los 75 euros en Amazon. Tengo que decir que en mi opinión los vale, pero entiendo que no es un gasto para todos los bolsillos. Tampoco es un ratón ideal para sobremesa, a no ser que busquemos precisamente un ratón pequeño por cualquier motivo, pero la longitud del cable y la dificultad de realizar un agarre de palma pueden echar a algunos para atrás.
¿Qué os parece esta nueva versión del pequeño de la familia Razer? A nosotros la verdad es que nos ha dejado más que satisfechos.