Razer Diamondback, análisis. El retorno de un clásico de Razer
Volvemos un día más la vista a Razer. Si hace unos días os hablábamos del Razer Orochi, uno de los mejores ratones de pequeño tamaño que encontramos en el mercado, hoy es el turno del Razer Diamondback, reedición de aquel clásico del 2004 que daba sus primeros pasos en el mundo de los periféricos gaming. Un ratón de mayor tamaño, con un diseño también ambidiestro y con un plus de iluminación que lo vuelve muy llamativo.
Además de esto contará con un sensor láser de la última hornada de Razer, con hasta 16.000 DPI, e integración con el software Razer Synapse y Chroma Lighting.
¿Queréis conocerlo un poco más de cerca? ¡Empezamos!
Diseño, leds al poder
Si al hablaros del Orochi os decíamos que nos encontrábamos ante la versión más sobria de Razer, con el Diamondback nos situamos en el otro extremo. No nos referimos tanto a la forma, que no es tan común como parece a simple vista, sino a la iluminación.
Esta será sin duda uno de los elementos que más nos llama la atención del ratón, ya que, además de las iluminaciones de la rueda y el logo cuenta con una tira de luz que recorre los laterales y la parte trasera. En otros modelos, como el Mamba, también encontramos iluminación en los laterales, pero no llega a realizar el giro completo como si lo hace en el Diamondback.
Como es habitual en los últimos modelos de Razer, posee integración con Chroma Lighting, a través siempre de Razer Synapse, lo que nos permite intercambiar entre diversos modos de iluminación y hasta 16,8 millones de colores para elegir.
En cuanto a la forma tenemos que decir que estamos ante un ratón con agarre entre palma y garra, con un arco tirando a bajo. Personalmente prefiero ratones de arco alto, tipo DeathAdder o Naga, pero no me ha resultado incómodo gracias al diseño más alargado del cuerpo del Diamondback, que hace que nuestra mano repose cómodamente sobre el, a pesar de que sigamos necesitando ese agarre lateral para un correcto uso. Las medidas totales son 125x60x35 milímetros, y un peso de 89 gramos. Es una forma bastante singular la verdad, pero nos ha gustado.
El diseño simétrico responde al uso ambidiestro del ratón, disponiendo a cada lado una zona de agarre de goma texturizada y dos botones programables alargados de tacto suave.
En la parte superior nos encontramos con lo habitual en ratones de Razer, los botones principales (click izquierdo y derecho) tendrán un diseño rehundido con bordes vivos, que recogen de forma cómoda los dedos y dan un toque agresivo al frontal, del que parte el cable de fibra trenzada de 2 metros. Además estarán conformados en dos piezas independientes, al contrario de lo que suele ser habitual en Razer. La rueda se presenta con una banda central de goma, con resaltes para mejorar el grip, y unas bandas iluminadas a cada lado, y el puente sobre el que destaca el logo de razer que también podemos iluminar.
La rueda es algo ruidosa de más, sobre todo en el desplazamiento hacia alante, seguramente debido a los pasos tan marcados de desplazamiento que tiene (a mi Razer Naga también le ocurre pero un poco menos exagerado). Aunque a mi personalmente no me supone mucha molestia, puede haber algún usuario más quisquilloso en este aspecto.
En el reverso vemos como la superficie de fricción se reduce al mínimo, estrechándose, quizás demasiado, en la zona de los grips. También tendremos los típicos sellos de marca, número de serie y detalles del modelo, y el sensor láser.
Rendimiento, lo último en sensores de Razer para el Diamondback
Poco más le podemos pedir al Diamondback en cuanto a números. Sensor 5G láser (aquí entraría el debate entre los que prefieren láser y los que son más de óptico) con una sensibilidad que alcanza los 16.000 DPI (configurable en 5 niveles), 50g de aceleración (210pps) y una tasa de sondeo (polling rate) de hasta 1000 Hz.
¿Demasiado? Seguramente para la mayoría de los mortales si. Pero para el que tenga un pulso firme, y utilice unas resoluciones muy altas quizás le saque partido. Yo, para el día a día suelo moverme en 5600 DPI y una tasa de sondeo de 500 Hz.
Como ocurre con todos los periféricos de Razer, necesitaremos instalar Razer Synapse para sacarle el mayor rendimiento posible al Diamondback. Desde aquí podremos configurar los 7 botones programables, configurar los niveles de DPI y sondeo, la iluminación (modo respiración, reactivo, ciclo spectrum, estático y carrera, este es el del arco iris rodeando nuestro ratón) o configurar los macros. Nuestra experiencia ha sido perfecta, como siempre.
¿Es el Razer Diamondback el ratón adecuado para mi?
No es fácil decidir cual puede ser el nicho de mercado para un producto de estas características. Técnicamente no podemos ponerle ninguna pega al Diamondback, su rendimiento es excelente. El tipo de agarre es peculiar, tan peculiar que no me atrevo a decir si es más un agarre de palma o de garra. A nosotros nos ha parecido muy cómodo, pero para manos tirando a grandes puede volverse algo estrecho, recomendamos probarlo antes de decidirse.
La pulsación de los botones es excelente, y el diseño ambidiestro es un gran punto a su favor, a pesar de mermar por ello la ergonomía del conjunto. También tenemos la personalización, tanto en temas de iluminación como de funcionalidad. No será difícil encontrar algo que se amolde a nosotros.
Quizás un punto que pueda echar para atrás a más de un usuario es el precio, y es que ronda los 80/90 euros en las principales plataformas online. Puede parecer mucho para un ratón a simple vista sencillo, pero no debemos olvidar que monta lo último en sensores de Razer, y ha recibido buenas críticas por parte de los usuarios que se han hecho con el.
Un candidato muy a tener en cuenta para nuestros escritorios.