Hace unos días, publicamos en The Groyne un análisis de opinión sobre el Nokia Lumia 735, el móvil para selfies de Microsoft y uno de los últimos junto con la finlandesa Nokia. En él, podemos observar las muchas bondades que nos ofrece el smartphone de la compañía entre las que destacamos con mayúsculas el diseño, la cámara frontal y sobre todo, una relación calidad-precio más que aceptable para la gama de la que estamos hablando. Una vez estudiado con detenimiento el teléfono, sus virtudes y sus defectos, hay una pregunta clave: ¿por qué no termina de despegar la gama móvil de Microsoft?
Lumia: muchas, muchísimas ventajas pero un gran lastre
Si nos ceñimos a los hechos, sí es cierto que algunos terminales – como es el caso del Nokia Lumia 735 – han acaparado una cuota de mercado importante, en gran medida gracias a sus diseños innovadores y cámaras de calidad. La autonomía es más que interesante ya que Windows Phone no consume tantos recursos como es el caso de Android. Buenos materiales, comodidad a la hora de utilizarlo, pantallas sobresalientes o precios razonables para el usuario medio son algunas de las características que identifican a la serie Lumia. Sobre el papel estamos ante una gama potente y apetecible pero que cuenta con una losa demasiado pesada a sus espaldas: Windows Phone.
Si bien es cierto que el sistema operativo móvil de Microsoft ha mejorado mucho durante el pasado 2014 – me atrevería a decir que con la incorporación de Cortana y Lumia Denim está a la altura de Android 4.4 e iOS 7 -, no es menos cierto que vuelve a estar a remolque de los nuevos sistemas operativos de Apple y Google que a priori son sus principales competidores. Sin embargo, este podría ser un lastre llevadero ya que la interfaz es atractiva pero sobre todo muy fluida, lo cual acaba camuflando la aparente inferioridad del sistema. Lo que ya no gusta tanto a un «futuro comprador» es el déficit de aplicaciones, sobre todo si hablamos de apps no estándar como las bancarias o las de control general del terminal. Esto es algo que desde Microsoft deben trabajar mucho durante este 2015 si quieren convertir su gama Lumia en un referente de la telefonía móvil.
Por último, otro aspecto que quizás deberían cuidar y mimar en los futuros Lumia es la optimización de las aplicaciones ya que, sin ir mas lejos, las básicas trabajan bastante más lentas sobre uno de estos smartphone que sobre otros modelos basados en diferentes sistemas operativos, lo cuál convierte este punto en una cuestión negativa importante a la hora de determinar en que teléfono se gasta el dinero cada usuario.
En resumen, con la gama Lumia estamos ante terminales con un potencial increíble en todos los aspectos pero con un gran lastre llamado Windows Phone. Estoy seguro de que Microsoft es consciente de ello y a lo largo del año pondrá todo su empeño en mejorar la cantidad, calidad y prestaciones tanto de las aplicaciones como del sistema operativo en sí mismo. De conseguirlo, sin duda los venideros Lumia se convertirán en top-ventas a nivel mundial, ¿no os parece?