Sigma Art 35 mm f/1.4, análisis
No somos muy habituales nosotros en esto de probar objetivos de cámaras réflex, pero cuando se nos presenta la oportunidad de echarle el guante a un modelo como este Sigma Art 35 mm f/1.4 la verdad es que no somos capaces de decirle que no. Aunque ya hace algún tiempo que os ofrecimos algunos ejemplos de este gran objetivo, hoy queremos contaros la experiencia global que ofrece este objetivo concreto a nivel de uso y prestaciones.
Aunque ya hemos contado que supone la gama Sigma Art en el mercado, y cuales son las primeras impresiones que nos ofrece un objetivo de este tipo, hablando de calidad bruta y construcción –poco más se puede medir de primeras–, la realidad es que hay que hacer un poco de énfasis en la calidad de construcción y acabados de este objetivo, seguramente una de las grandes sorpresas de esta nueva gama del fabricante japonés, que no solía ser habitual a la hora de fabricar «buenos» objetivos a nivel de acabados.
La fabricación del objetivo es excelente, muy buenos acabados y muy buenas sensaciones en la mano, en el aspecto exterior destacan unas pocas cosas, la ventana para el enfoque –de 30 cm a infinito–, la A metálica de la gama Art y el botón para escoger el modo de enfoque, automático o manual, todo bien acabado y bien colocado en su sitio. En el packaging tenemos un parasol de pétalos y bolsa, en definitiva Sigma ha cuidado el conjunto de este Sigma Art 35 mm f/1.4. A nivel de fabricación también hay que hablar de la rosca de enfoque, muy grande, cómoda, con la resistencia perfecta al giro y sin un final brusco, lo que sí, el recorrido es bastante corto, con menos de la mitad movemos el enfoque desde el punto más cercano al infinito.
Ya que hemos hablado del enfoque manual, seguir con el enfoque automático, la verdad, una grata sorpresa muy rápido, silencioso y preciso, incluso en situaciones con poca luz, donde evidentemente pierde un poco de rapidez, funciona muy bien –evidentemente dependerá de muchas cosas, cámara, luz de ayuda, contraste en la escena–, pero en general, comparándolo con otros objetivos que he podido probar, la realidad es que las sensaciones son muy buenas –al principio noté un pequeño problema de backfocus, pero con un pequeño toque en el ajuste de enfoque de la cámara, todo solucionado, es algo que puede suceder y no es grave–.
Si hablamos de la calidad de imagen, hay que empezar por las lentes que conforman este Sigma Art 35 mm f/1.4, son 13 elementos repartidos en 11 grupos, con 2 lentes asféricas, 1 FLD y dos SLD –vidrios especiales a los ED o UD que montan Nikon y Canon respectivamente–. En estos ya comentar que contamos con 9 palas de tipo curvo para formar el diafragma, ya hablaremos de qué supone esto a nivel de calidad de imagen, que la apertura máxima es f/1.4 –como indica su nombre– y la mínima f/16 –muy habitual por otro lado en este tipo de objetivos fijos–.
Ahora toca meternos en lo importante, la calidad de imagen real de este Sigma Art 35 mm f/1.4, sobre el papel pinta muy bien, pero ¿ofrece lo que parece? Pues la verdad es que sí, la calidad de imagen es excelente. Como siempre a las aperturas más extremas notamos menos calidad en las esquinas de la foto, aunque bastante bien controlado, con poca diferencia entre centro y extremos, y a partir de f/2.8, casi inapreciable, y por encima de f/5.6 hasta f/11, la calidad es excelente. Cuando hablamos de viñeteo o de otros posibles problemas, pues un poco tenemos lo típico, algo de difracción en f/16, pero bastante controlada la verdad.
En cuanto a las aberraciones cromáticas, yo que tengo un Nikon 50 mm f/1.4 pues he visto una cosa espectacular en este Sigma Art 35 mm f/1.4, la verdad es que tremendamente controladas en casi cualquier focal, en general no presentarán un problema para la mayor parte de vosotros, ya que son prácticamente inexistentes, incluso en las situaciones más extremas. La deformación también está bastante controlada, un poco abierta en barrilete, pero vamos, inapreciable incluso con elementos geométricos.
En cuanto al bokeh, algo que muchos mirarán en un objetivo con esta apertura, aunque no sea el perfecto para el retrato, sí que en otra situaciones puede venir bien, pues la realidad es que es muy bueno, ya hemos comentado 9 palas curvas, y se notan a la hora de realizar estos desenfoques con una lente con esa apertura, bokeh muy suave y para aquellos que lo uséis para fotografía nocturna, bastante redondo en el centro. Siguiendo un poco con el tema de fotografía nocturna, los vidrios especiales funcionan bien, y nos ha dado una sensación y realidad de color, excelente.
Conclusiones Sigma Art 35 mm f/1.4
Sin duda uno de los grandes objetivos del mercado, uno de los objetivos fijos de gran calidad que cuentan con un precio asequible, es cierto que hay objetivos con f/1.4 más baratos, yo tengo uno, pero la calidad de imagen, la precisión y rapidez de enfoque, y las sensaciones que transmite a la mano, no son las mismas, este Sigma Art 35 mm f/1.4 es mucho mejor a la hora de usarlo, y más cómodo, en general ha sido una experiencia de sobresaliente la que nos ha ofrecido este objetivo de Sigma.
Por el lado negativo, poco o nada podemos decir, algunos dirán que pesa mucho para ser un objetivo fijo sin estabilizador –quizás unos gramos menos no le irían mal–, otros dirán que Tamron tiene una gama parecida con estabilizador algo más barata –aunque sea f/1.8 para otras cosas puede ser interesante–, pero la realidad es que si nos paramos a valorar la experiencia global, este Sigma Art 35 mm f/1.4 es sobresaliente y no tiene nada malo.
Algunos ejemplos del Sigma Art 35 mm f/1.4:
Todas las fotografías de ejemplo de este artículo han sido realizadas con el objetivo Sigma Art 35 mm f/1.4 DG HSM para Nikon, en una Nikon D750