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Las cámaras mirrorless, ese gran desconocido pese a estar en el 2015

Panasonic Lumix GH4

Hace unos años que el mundo de la fotografía digital está en una encrucijada –desde la salida al mercado de las cámaras mirrorless, la tecnología ha aportado nuevas oportunidades y algunas de las cosas que antes eran muy buenas a día de hoy quizás no lo son tanto porque hay soluciones más avanzadas. El problema viene cuando estas cosas nuevas cambian por completo la filosofía de fabricación de una cámara, ¿qué quiero decir con esto? Las cámara réflex siempre han sido lo mejor para el usuario medio, esas cámaras que cuentan con un espejo –pentaprisma generalemente– que nos permite ver la imagen que vamos a retratar con un visor, que no siempre ofrece toda la información que nos gustaría de la foto.

En estos últimos años, el último lustro más o menos, un nuevo tipo de cámara ha aparecido para ir comiendo terreno poco a poco, al principio las llamábamos EVIL, y ahora mirrorless –o sin espejo para aquellos que no nos llevamos bien con el inglés–. Estas cámaras tienen una ventaja y es que al no contar con el sistema de espejo son más pequeñas, o tienen más espacio interno para albergar otras cosas. Las primeras marcas que ofrecieron modelos asequibles al mercado fueron Panasonic y Olympus, en ambos casos con rendimientos parecidos, sensores y sistema de lentes idénticos, pero que estaban un poco por detrás de las DSLR con sensor APS-C del momento, eso sí, eran bastante más pequeñas y estaban muy por encima de las compactas del momento.

Panasonic GF5

Poco a poco más fabricantes han empezado a llegar al asunto este de las mirrorless, algunos con más fuerza y ganas que otros, pero casi todos han aportado su granito de arena. Por ahora los que más han apostado han sido Panasonic, Olympus y Sony, otros como Canon o Nikon, prefieren seguir con las DSLR de «toda la vida», un sitio donde se encuentran muy a gusto y donde por ahora son los reyes del mercado. Al principio para buscar miniaturizar más las cámaras se montaron sensores más pequeño que perdían calidad sobretodo con sensibilidades muy altas, pero poco a poco se han introducido sensores más grandes y capaces.

Estas cámaras tienen una serie de ventajas respecto a las DSLR gracias a la eliminación del espejo, pero también cuenta con algunas limitaciones, voy a intentar resumir un poco lo bueno y lo malo. Por el lado bueno ya hemos hablado del tamaño, en principio es algo bueno, aunque sin la correcta ergonomía puede ser más perjudicial que beneficioso, pero vamos a contarlo como algo bueno, por otro lado esto puede ser beneficioso no para hacerla más pequeña, sino para incorporar un estabilizador, una batería más grande con el mismo peso o para incorporar otros sistemas internos.

Sony A7 II

También contaremos con la ventaja del disparo en ráfaga, es más que probable que a igualdad de precio las cámaras mirrorless nos ofrezcan un par de disparos más por segundo, el hecho de que no tenga que subir el espejo, ofrece en algunos casos más facilidad para hacer una velocidad de ráfaga más alta.

Por último un doble, positivo y negativo, nos toca hablar del visor, un el lado bueno contaremos con una visión al 100% del encuadre sin problemas y que generalmente nos muestra ya los enfoques y desenfoques, no solo en la pantalla, sino en el visor electrónico que sustituye el visor óptico, pero por contra, el espejo nos daba una cosa que el electrónico nos quita, la realidad, esa importancia de saber cuanta luz hay en la escena, la intensidad de las luces o el propio color de las cosas, algo que el visor electrónico que suelen tener las cámara mirrorless, no tiene del todo controlado.

Olymous

Hasta aquí el pequeño repaso a las diferencias básicas, dentro de unos días hablaremos de los puntos a mejorar en las cámaras mirrorless, visor electrónico incluido por si alguno piensa que no he hablado de su calidad por otra cosa. ¿Eres usuario de mirrorless? ¿Te comprarías una?