Sigma Art, un mes usando esta gama y estas son mis conclusiones
Es cierto que esto no es nuevo, ya os hemos hablado en The Groyne de los objetivos de la marca Sigma, y os hemos contado algunas cosas sobre los Sigma Art y los demás objetivos de la firma nipona, pero ahora queremos contar más cosas, ya que además hemos podido dar el salto a alguno de los objetivos zoom más sorprendentes de la marca y la verdad es que tenemos muy claro qué es para nosotros Sigma Art, qué supone usarlo y cuáles son las consecuencias que podemos sacar de una gama de objetivos realmente muy interesante.
Durante 1 mes hemos podido usar los Sigma Art 18-35 mm f/1.8 y Sigma Art 50-100 mm f/1.8, dos auténticas bestias para cámaras APS-C con las que hemos disfrutado un montón, la realidad es que son objetivos que están a un nivel muy difícil de comparar con otros, tener dos objetivos de tipo longitud focal variable, con apertura fija situada en f/1.8, es realmente una maravilla, hablamos de una capacidad para movernos con el objetivos, para cambiar de fotografía y para enfrentarnos a situaciones complicadas realmente interesante.
Sin ninguna duda para mí ha sido una maravilla, acostumbrado al 24-70 mm f/2.8 de Sigma de hace unos cuantos años, con estos dos objetivos la verdad es que he tenido unas sensaciones realmente increíbles, desde el primer momento se notan muy cómodos en la mano, la fabricación es excelente, tenemos unos acabados que se encuentran en lo mejor del mercado, materiales, tamaño del anillo de enfoque, situación de los diferentes elementos, en general la sensación es de calidad por encima de todo y la verdad es que aunque son objetivos pesados, no importa mucho «llevarlos» encima porque sabes todo lo que te pueden ofrecer.
La calidad de imagen en un objetivo zoom siempre suele ser un pequeño problema, y aquí, ese problema no existe, tenemos dos objetivos que funcionan de maravilla desde casi cualquier apertura y en casi cualquier distancia focal, es evidente que hay pequeñas diferencias y variaciones, pero la realidad es que da igual que hagamos fotografías en f/1.8, la calidad es buena y eso es una maravilla, para vídeo, para fotografías complicadas, no tenemos qué pensar a la hora de usar el objetivo, simplemente ser libres y hacer las fotografías cómo más nos guste, porque el objetivo va a responder bien.
Respecto al enfoque, la verdad es que he quedado muy contento, en la línea de lo que se puede esperar de unos objetivos de ese precio, aunque quizás sea el punto «menos sorprendente», en este apartado hay objetivos de precios parecidos, que ofrecen la misma experiencia y sensación, lo que sí que puedo decir, es que no me he quedado sin hacer una fotografía por el enfoque, incluso en las situaciones más complicadas.
En general, los Sigma Art son una auténtica maravilla, está claro que son objetivos caros, para públicos concretos, pero cualquiera que salte a ellos, quedará muy contento con las opciones que ofrecen.