La Canon EOS R es un comienzo agridulce en el mundo de las cámaras sin espejo de formato completo
¿Cuánto ha tardado Canon en sacar su primera full frame sin espejo? ¿5, 6 años, quizás un poco más?
La presentación de la Canon EOS R ha dejado muchas sensaciones agridulces, por un lado evidentemente es una cámara que funcionará bien, tiene casi todo para hacerlo si lo tuyo no es el vídeo, pero otro lado, cuando ves los precios y lo que ofrece comparada con el rival a batir, la Sony A7 III, es inevitable pensar: «tanto tiempo esperando para esto».
Hay que dejar claro que ningún fabricante ahora mismo nos da todo lo que nos gustaría tener, ni siquiera la Sony A7 III es capaz de ofrecernos todo lo que nos gustaría.
Por su parte, la Canon EOS R tampoco es perfecta, de hecho está muy lejos de serlo, aunque bien es cierto que tiene muchos puntos a favor.
Por ejemplo, la capacidad de poder usar nuestros objetivos EF y EF-S de forma nativa, gracias a la serie de adaptadores que se anunciado igualmente.
Unos adaptadores que seguramente funcionarán mejor que cualquiera hecho por un tercero, al final los ha fabricado la misma Canon, la madre de su propia tecnología, y que sabe mejor que nadie como funciona.
También ofrece el aclamado Dual Pixel Autofocus, un sistema de enfoque que solo encontramos en Canon y que es el rival a batir en este apartado.
Así como estos dos ejemplos (no es mi intención desglosar todas las especificaciones de la cámara), hay varias cosas más igual de interesantes que hacen de la Canon EOS R un producto imperfectamente atractivo.
¿Cuál es el problema con la Canon EOS R?
Si me lo preguntas, te diría que Canon no supo como hacer el lanzamiento de su primera cámara sin espejo de formato completo.
Las cosas hubiesen sido bastante diferentes si la Canon EOS R no hubiese sido presentada sola, sino más bien acompañada por otra cámara con especificaciones más punteras, y que tuviese todo lo que faltó a la EOS R.
Una segunda cámara que hubiese tenido estabilización en el cuerpo, grabación a 120 fps en full HD y que no tuviese ese horrible recorte en el sensor cuando grabamos a 4K.
Una cámara por la que hubiesen pedido, quizás, 800€ o 1000€ más, y que transmitiera la idea de que Canon ha querido hacer un poco más de lo que hizo.
Es posible que una cámara de estas características llegue a lo largo del año que viene, según los rumores, pero una vez más será demasiado tarde. Posiblemente la Sony A7 III habrá robado muchos más usuarios, y lo ayer tendrá más pinta aún de oportunidad perdida.
Canon simplemente no se podía permitir anunciar una cámara full frame, para luego a lo largo de toda la presentación, ir anunciando recortes que iban poco a poco mermando todo el interés y potencial que la Canon EOS R pudo haber tenido, y para poner la guinda al pastel, anunciar que costará 2600€ sólo el cuerpo, y que para hacerse con el kit que viene con el 24-105 f4, que por cierto tampoco tiene estabilización, tendremos de pagar casi mil euros más.
Para el aficionado, estos precios son francamente desalentadores e invitan a mirar otras alternativas, como podría ser una vez más la Sony A7 III, la cual ahora mismo se puede conseguir con el objetivo kit por 200€ menos de los que cuesta el cuerpo de la EOS R, y que para peor desgracia de la sin espejo de Canon, tiene varias de las características que queríamos ver en la EOS R.
Todo esto hace bastante difícil conseguirle cabida a la Canon EOS R en el mundo de las mirrorless, por precio y características es complicado que le haga competencia a la Sony A7 III, por otro lado si la vemos como un complemento, que fue un traje que le puso la misma Canon, sería un dispositivo para un grupo de usuarios en concreto, donde los entusiastas no tenemos mucha cabida.
Ahora mismo, se palpa un poco de decepción en torno a la Canon EOS R, más que nada porque llevamos años esperando por esta cámara, y al final no ha sido ni en características ni en precio lo que estábamos esperando.
Seguramente, habrá quienes encuentren en esta cámara el dispositivo ideal, usuarios ya especializados que se dediquen más que nada a la fotografía, y no tanto a la grabación de vídeo, además de que ya tengan en su haber una buena cantidad de objetivos EF o EF-S.
Para el resto, los que quizás se están iniciando y no tienen una gran colección de objetivos, y a los que nos gustaría tener de todo un poco, la Sony A7 III sigue siendo la mejor opción, si quieres una cámara sin espejo de formato completo que no te rompa exageradamente el bolsillo.