Diseño del HTC Desire 820 ¿es suficiente para un smartphone premium?
Desde hace unos días tenemos en The Groyne el análisis de uno de los mejores gama media-alta del mercado, el HTC Desire 820. Por diversos motivos hardware no opta a estar entre los buque insignia de la actualidad pero, ¿qué opiniones merece el diseño del HTC Desire 820? ¿tiene una relación elegancia-calidad correcta?
Diseño del HTC Desire 820 en policarbonato, ¿es suficiente?
Como podemos leer en el propio análisis, el diseño del HTC Desire 820 es uno de los puntos más comprometidos del smartphone. Por un lado, HTC ha optado por innovar y preparar un terminal que se sale de lo corriente: colores vivos entremezclados con los clásicos marcos de la firma acompañados por los elegantes altavoces BoomSound en cada extremo. En este sentido, podemos opinar acerca de los marcos o incluso los colores utilizados pero no cabe duda de que es un teléfono atractivo, que aporta muchas novedades destacando positivamente en la mayoría de ellas.
Pero, por otra parte, su "chasis" es de policarbonato, lo cual sí se podría criticar más. Por un lado, ante pequeñas marcas o arañazos este material se comporta mejor que el aluminio, ya que es menos visual - en principio - pero, ante golpes fuertes o caídas, obviamente no es el material deseado. Quizás a la hora del precio y del tacto la elección ha sido correcta: muchos usuarios prefieren el precio del cálido tacto del policarbonato al del frío aluminio que, como podemos intuir, dispararía - aun más si cabe - el precio del phablet aunque por contra, la elegancia y vistosidad de las que disfrutaría el terminal con este segundo material no son comparables a las que posee actualmente.
En resumen, realmente pienso que el diseño del HTC Desire 820 podría mejorarse utilizando aluminio en su chasis, lo que aportaría el atractivo y la resistencia que le falta al teléfono pero, si eso supone un precio superior al actual, no lo considero viable ya que convertiría a este HTC Desire 820 en un gama media-alta a precio de tope de gama.
