Mis razones para comprar una smartband Fitbit Charge

Durante las últimas semanas, la empresa Fitbit nos ha cedido un modelo Fitbit Charge, ubicada dentro de la última gama de productos presentada recientemente en 2014. Siguiendo las líneas de un diseño sobrio y elegante, esta nueva Fitbit Charge que analizamos en su momento junto a Reviews CJ, cuenta con cualidades suficientes como para ser la principal referencia para un usuario que busca un smartband con buena calidad/precio. Y a continuación os cuento mis razones para no querer deshacerme de ella:

Diseño, elegante y atractivo

Hay algo muy importante y a tener en cuenta cuando nos fijamos en un wearable. Si bien es posible que durante etapas como otoño e invierno sea menos visible, en momentos donde nuestras muñecas queden al descubierto queremos tener un complemento bonito, que «pegue» con todo. Fitbit en este sentido no es «rompedor», pero es algo que personalmente valoro positivamente. En su tonalidad negra, le otorga un toque sobrio a la par que cuidado con ciertos detalles como su pequeño relieve, y aunque quizás hubiéramos preferido algo menos ancho, creo que es la medida justa para una pequeña pantalla en condiciones.

fibit charge

Sincronización con Ordenador

De acuerdo, a día de hoy es posible que simplemente con tener un smartphone cerca no necesitemos mucho más para poder valorar los datos de nuestra última noche de sueño o la actividad que hemos hecho ese día, y es cierto. Sin embargo, es dificil que ver los datos en la pantalla de nuestro ordenador, donde podemos cogerlos y editarlos en un documento aparte si queremos ser más técnicos, o simplemente por el aumento en las dimensiones de pantalla, acabe siendo una experiencia más cómoda que en las pantallas de nuestros móviles.

Fitbit Charge llega acompañada en su paquete con un pequeño «complemento» con formato USB que hará las veces de transmisor entre nuestro wearable y el ordenador. Tras unos sencillos pasos para configurarlo, cada vez que estemos cerca del ordenador activado y el programa ejecutándose en segundo plano, podremos acceder directamente al panel web donde se ubican todos nuestros registros, y valorarlos de forma muy completo y accesible.

Aplicación móvil

Cuando hablamos de este tipo de dispositivos tenemos que hacer alusión a una parte vital para su utilidad: la aplicación que los acompaña. Fitbit cuenta con una aplicación muy minimalista, simple pero desde la que poder acceder a los principales registros fácilmente y ampliar algo más la información si así lo consideramos.

fitbit-aplicacion

Desde aquí podremos ajustar las alarmas, sincronizar todos nuestros datos cada vez que se inicie la aplicación, ver nuestros desafíos o los resultados de nuestros amigos. Buen diseño y correcta optimización son claves en esta aplicación, y los resultados son más que satisfactorios.

Cuantificador en su mayor parte, pero entrando en terreno deportivo

Aunque dejaré mi comparativa entre esta Fitbit Charge y el Jawbone UP Move para otro día, creo que es importante destacar que el primero de los modelos cuenta con una pantalla y un pequeño botón con el que podremos comenzar una sesión de actividad específica. Esto es, que mientras otros cuantificadores simplemente recogen datos y luego nosotros de forma manual tenemos que añadir una actividad específica como correr, desde un cierto minuto hasta otro (lo que hace perder precisión de la actividad), con Fitbit podremos pulsar el botón y un cronómetro empezará a contar hasta que volvamos a pararlo.

De esta forma, la comodidad para ver el intervalo de esa actividad especial supera con creces las de los cuantificadores más básicos, sobre todo aquellos que no cuentan con una precisión tal como poder ver el minuto exacto en el que comenzamos esos entrenamientos específicos.

Estos son algunos de los detalles que me hacen valorar muy positivamente el trabajo de Fitbit con esta nueva generación de dispositivos. Es cierto que según el nivel de precisión que queramos en ciertos datos, como el ritmo cardíaco, tendremos que valorar un producto de cifras mayores, pero para aquellos que quieran adentrarse en este mundillo de la «salud registrada» y además no quieran dejar de lado su faceta más deportiva y competitiva registrando estos pequeños entrenamientos con detalle, Fitbit Charge parece un gran producto por los 90-100 euros desde el que podremos adquirirlo.

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Pablo Rosillo
Pablo Rosillo

Tecnología como herramienta, motor de cambio, accesible y eficiente. Estudio ciencias sociales en Madrid, intento aprovechar y comunicar al máximo todo lo que la tecnología puede ofrecernos a todos sus niveles. Usuario, seguidor y, quizás promotor, de una sociedad conectada.

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